Descripción
A veces la voz que comunica clamente en el presente es la que hace eco del pasado. Un excelente ejemplo es este clásico cristiano, escrito por el difunto pastor y evangelista A. W. Tozer. Contribuye un sentido místico de antaño a la espiritualidad moderna, mientras lamenta el ajetreo, bullicio y superficialidad típicos de nuestro mundo. A su vez invita a un enfoque concentrado y constante hacia Dios. Con un contundente sentido profético y fluida prosa, Tozer nos urge a reemplazar los conceptos ligeros y pobres que tenemos de Dios con pensamientos sublimes, aquieténdonos para realmente experimentar la presencia de Él. El autor nos recuerda que vivir alejado de Dios realmente no es vivir.
Tozer escribe, arrodillado en reverencia, al presentar el carácter de Dios en su trascendente grandeza. Nos reta con las palabras «¡Levántate, tú que duermes!» Sin embardo, si escuhamos correctamente el llamado, veremos que no significa pararnos, sino arrodillarnos ante el Dios del cielo en humilde contemplación. Ir en pos de nuestro Creador es conocerlo, y en ese conocimiento somos atraídos por Él.