Descripción
«Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente». La confesión de Pedro ante la pregunta del Maestro de Galilea constituye una de las piedras angulares de toda relación con el Señor. No obstante, las imágenes posteriores que los Evangelios nos ofrecen de este discípulo revelan que él concebía a Jesús en términos muy diferentes a lo que el Hijo de Dios realmente es. Esta distorsión alimentó actitudes y comportamientos en Pedro que, con frecuencia, contradecían abiertamente los principios elementales del reino de los cielos. Esta misma distorsión es la que produce en nosotros una vida caracterizada por la mezquindad, la indiferencia, la ansiedad o el legalismo.
Dios en sandalias le propone, a través de encuentros diarios en los Evangelios, un renovado y fresco acercamiento a la persona de Jesús. Se resiste a la tentación de proveer un retrato acabado de Cristo. En lugar de esto lo invita a que se una al grupo que camino con él para ser sorprendido, una y otra vez.